
Caius llega a una Jerusalén convulsionada en vísperas de la pascua judía, abarrotada de peregrinos, amenazas de revuelta, y funcionarios sacudidos por el asesinato del Prætor Ælius Seianus ordenado por el Cæsar. Entre un viejo amigo judío y el hombre de Tiberius, a quien debe reconocer a partir de ciertos datos, poco a poco descubre que está metido en una realidad inquietante y pantanosa. Y que el "viejo jabalí" sabía mucho más acerca de ella.
Rebeldes zelotas, ascéticos esenios, judíos del poder, Sumos Sacerdotes y magistrados, el Cæsar, magos, soldados romanos, el Præfectus de Judea Pontius Pilatus y su entorno, el Yeshua bar Yehosef y su movimiento mesiánico, y el enigmático Yehosef de Arimatea desfilan por la trama a lo largo de cinco intensos días, jugando cada uno su juego, para confluir en un final sorprendente, inesperado y profundamente perturbador.
La novela, fraccionada en dos volúmenes por su extensión, atrapa al lector desde un principio por la prolija descripción de la geografía, hechos históricos y costumbres, pero mucho más porque desde el principio intuye que es conducido hacia el fondo del misterio más poderoso de la historia.